viernes, 30 de octubre de 2009

LAS NUEVAS "ACOPLÁS" Y OTRAS CONSIDERACIONES SOBRE ESTAS FECHAS



¡Hola, chicos!
Ya estoy aquí de nuevo. La última vez que nos vimos, no sé si lo recordaréis pero en casa andábamos preocupadillos con “las dos hermanas”. Nada que ver con aquel pueblo sevillano, eh? me refiero al par de gatis que llegaron una mañana con el cuento de la lástima.
Pasaron entonces a figurar en la columna de la izquierda de este insigne blog, pero, a día de hoy, han seguido en casita y todo parece indicar que de ahí ya no se van a mover… ellas tampoco.
Y eso que mamuchi siempre decía que no quería ver ningún crío por casa, pero, claro, también dijo en su momento que yo no me iba a quedar. Y que nunca se haría mechas…
Tengo que reconocer que la casa, desde que llegaron ellas, se ha animado considerablemente. Nunca falta diversión de la buena. Cuando no se derrumba un montón de papeles encima de una mesa, se tumba un jarrón o se desparrama el contenido de la bolsa de restos biológicos… Además, las posibilidades de que caiga algo comestible desde alguna repisa se han multiplicado notoriamente. Y lo más divertido de todo es ver después la reacción de mamuchi, sobre todo cuando vuelve de la cocina y se encuentra a una de esas monas con los bigotes metidos de lleno en todo su plato de acelgas.
Indescriptible!
La asalta acelgas tiene muy buen estómago, desde luego. Yo no sé si me la jugaría por un mejunje así, pero ella nunca lo duda ni un momento. Con lo tímida que es para otras cosas, caramba! Pero, bueno, se ha espabilado mucho últimamente y ahora ya siempre nos acompaña, también, en los paseítos higiénicos. Mamuchi, aunque lo pretenda, no puede disimular que va todo el rato con el “ay al cor” -atención: traductor del Google: con el “ay (esto es universal) en el corazón”-.
Ayer, sin ir más lejos, como después no aparecían las “sisters” en cuestión,llegó incluso a poner al fuego una cafetera sin café!
Y es que, en el camino, siempre nos vamos encontrando varias hipotéticas amenazas. Yo creo que sólo nos falta ya una aparición del Inquisidor Torquemada. Desde luego, si nos lo tropezáramos, ese señor se frotaría las manos de satisfacción ante la visión de semejante plantel gatuno más negro que el alma de un bandido!
A propósito de cazadores de brujas, ya tenemos aquí la festividad de Todos los Santos, eh, chicos..?
O, deberíamos mejor decir, ¿la de Halloween..?
Mmmm…
Muchos se hacen aspavientos ante lo que consideran una usurpación de la fiesta patria por otra americanada más, pero, a mí, la verdad, no me parece mal. Al fin y al cabo, ¿qué hay de malo en que los mostrencos vayan hoy a clase vestidos de Mickael Jackson o de Alaska & Pegamoides..? Mientras sigamos atizándonos las castañas y los dulces típicos, nada que objetar a hacerle un huequito también a unas calabazas, no os parece?
Quizá, con vuestra habitual perspicacia, ya habréis adivinado que mi “dulce típico” preferido es el Hueso de Santo. Es más, me atrevería a decir que lo es incluso aunque no haya superado el proceso de canonización…
Y es que lo mío son los huesos, especialmente, entendidos en la versión más clásica del término.
En casa tengo una nutrida colección de esos de mentirijillas. Cuando mamuchi se marcha, suelo desenterrarlos de fondos de macetas y sofá y dejarlos desparramados por el suelo de manera que cuando ella regresa tiene, a veces, la sensación de que, en vez de estar entrando en casa, lo está haciendo en un cuadrante de Atapuerca. Son huesos de pega, pero aún así, me gustan más que la media zanahoria hervida que pretende que me tome como premio.
Quizá alguno de vosotros recuerde una película titulada “Reina Zanahoria” (fijo que no). Pues bien, en un momento dado, alguien preguntaba en el transcurso de una reunión comercial para intentar promocionar el consumo de esta hortaliza:
-“ A ver, a vosotros qué os impulsaría a comer una zanahoria..?”
Y otro alguien respondía:
-“La desesperación”.
Pues bien, eso, exactamente, es lo que hubiera opinado yo también.
Sí, ya sé que a Mafaldita le gustaaaaban.
Y que ella comía más verdura que un gusano de seda…
Y que en cierta ocasión mamuchi ganó una apuesta contra un amigo que sostenía que la paticorta no se podría atizar una hoja de lechuga del tamaño de un folio D4, pero, en ese aspecto, opino como la croquetilla: que Mafaldita era una pelota. Ya lo he dicho, hala!
Y en días como ayer, en que tuve la inmensa fortuna de encontrar un hueso de verdad en la calle, me pongo como el Tenazas.
La pena fue que, después, aquello (una “guarrería” según mamuchi) y sin duda por la falta de costumbre, comenzó a molestar en mi tracto digestivo y… bueno, me temo que sucedió un pequeño percance. En el sofá concretamente, sí…
Ejem, ha sido necesario sacarle la protección de la protección y también la protección propiamente dicha. De momento.
Y para mañana creo que está previsto, también, desmontar la mismísima funda del susodicho con lo que, sintiéndolo en el alma, me temo que una que yo me sé va a tener que degustar su cucurucho de castañas y panellets tumbada en la colchoneta de la playa.
En fin, que...
Una lástima. ¡Una verdadera lástima!

2 comentarios:

  1. He entrado de chiripa, en tus relatos, pensando que no escribirías otro tan seguido,y ha sido una sorpresa agradable.

    El caso es que esas cosas que cuenta Renato, nos suceden a diario a más de uno, si tenemos animales, pero lo bonito es cómo lo cuentas.

    En fin , no voy a dorarte más la píldora, tú ya lo sabes.
    Sobreentiendo que te has quedado con dos gatas.Si te sirve de consuelo yo tengo 3: Dos hembras y un macho.Y desde luego me imagino todo lo que cuentas porque me ha sucedido cuando eran jóvenes,ahora ya están apaciguados y no arman mucho follón, salvo alguna que otra carrera por la casa persiguiéndose o saltando a mi cama tras la carrera a eso de las 5 de la mañana; Sí , a esa hora, de vez en cuando , les da por echar las carreritas.Pero te dan mucha alegría.La galga, se queda estupefacta observando y Edita, como no puede observar, levanta las orejas y escucha;En fin, qué ricos los huesos de santo, quién los pillara, pero aquí, como son ortodoxos, son muy oscuros y no celebran nada.Cómete uno por mí, y dale algo a Renato, ¿No ?

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  2. Llevaba dias sin poder entrar por falta de tiempo, pero esta tarde estoy un poco vaga. Para eso es viernes y he contratado yo solita dos polizas de seguros en un plis plas, por lo que me estoy premiando con una visita por la red. Seguro que a mi jefe, aunque el dice compañero, no le pareceria bien si lo supiera, pero para eso soy empleada, para darme el gustazo de en algun momento poder rebelarme contra el capitalismo y la patronal.
    Renato, te superas. Lo siento por Mafalda, que es muy amiga, pero tu eres un crak y encima una monada.
    Mafalda no te pongas celosona. Lo que tienes que hacer es transcribir ya mismo el siguiente episodio de Renato Histories. Despues puedes premiarte con un hueso....de santo.
    besazos de Isabel

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